Con los ojos abiertos y los sentidos despiertos.
Se escucha el ruido de la lluvia salpicando las ventanas
y el suelo. Es agradable, relajante, bueno, al menos ahora porque hace un rato la
tormenta se ha hecho notar y bastante, creo que hasta ha hecho levantar a algunos
vecinos. Ha tronado con fuerza, como si unos látigos estuvieran pegando a la tierra no muy lejos de aquí. A mí nunca me han preocupado las
tormentas ni me han dado miedo, todo lo contrario, ¡me encantan!, sin embargo, desde
hace un tiempo para acá, sencillamente, no las escucho. Aunque hoy ha sido diferente.
La noche (con su día) me ha querido tener con los ojitos abiertos y con los sentidos despiertos…….vaya ¡que no he pegado ojo!
Aparentemente no había ninguna razón que me estuviera
robando el sueño. Todo lo contrario, había pasado un buen día y me había pasado
algo que estaba esperando que pasase. Quizá ha sido eso……o no. Pues sí, llevaba
días pensando que me gustaría encontrar a alguien nativo o no nativo para hacer
un intercambio lingüístico – todos sabemos lo rápido que se olvida un idioma
cuando no lo practicas- digamos….inglés – español, “ Yes! It sounds exciting! Total, que salí de casa esa mañana con muy buenas
vibraciones….me sentía genial, positiva y contenta como me gustaría y como creo
que a todo el mundo le gustaría sentirse todos los días. Esperaba simplemente
cosas buenas.
Primero pasé a saludar a una peluquera de aquí del pueblo
que hacía años que no veía. ¡Qué buen rollo me dio hacer eso! Y qué bien poder
ser uno mismo, mostrar lo mejor de uno sin vergüenza, seguridad y sin pensar en
lo que puedan pensar los demás. Después, me dispuse a seguir mi ruta hasta el
estanco, y allí, pude encontrar un sobre adecuado y lo bastante grande para poder
introducir toda la documentación que necesitaba enviar a Inglaterra.
Afortunadamente, aún tengo lazos que me unen al Reino Unido, y no siento el
“Brexit” ;-) Lazos humanos, sentimentales, amigables y sobre todo,
burocráticos.
Mi siguiente parada era Correos. Por cierto, donde vivo sólo puedes saber el horario si la oficina está abierta; si está cerrada lo único que te vas a encontrar es la persiana bajada. Total, si está cerrada no te sirve de mucho que te muestren el horario no? En fin, dejando el sarcasmo de lado, continuo con mi ruta "Calongina". Ya dentro de la oficina de Correos estaba esa mujer de melena larga y rubia con gafas doradas que resaltaban más que su maquillaje pero que parecía sentirse feliz en su trabajo y fue agradable de ver. Me atendió muy amablemente y me dio las instrucciones para enviar mi sobre certificado. Así pues, empecé a rellenar aquella hoja en el mostrador cuando de repente escuché: -¡Francesca!- Rápidamente me di cuenta que no iba para mi. Detrás mío había una chica bajita, delgadita, pecosa y con una melena larga y pelirroja que estaba hablando por el móvil en inglés. En ese momento es cuando mis sentidos se despertaron y en segundos preparé un pequeño plan, aha! La chica era, sin ninguna duda, conocida en la oficina a la cuál se dirigían con total confianza. Cuando terminé salí de la oficina y decidí esperar a la chica. Al cabo de un momento la chica pelirroja salió sonriente y entonces, cuando ya estaba bastante cerca, le empecé a hablar:
- Hola! Es que t´he escoltat que parlaves anglès i et volia preguntar una coseta. Es que jo he estat visquent 7 anys a Anglaterra y buscava a algú per fer un intercanvi d'anglès.-
La chica, aún con la sonrisa en la boca se me quedó mirando como si no supiera que decir.
- Doncs.....ah vale...estaria bé, encara que jo més que castellà necessito practicar català.
-¡Bien!- pensé; encima voy a matar dos pájaros de un tiro: Voluntariado de catalán e intercambio de inglés ¡todo en uno!
- Cap problema! Per cert, com et dius?
- Francesca.
- Ostres! Jo també em dic Francesca!
- De debó? Mira que hi han poques Francesques......
- Francesca.
- Ostres! Jo també em dic Francesca!
- De debó? Mira que hi han poques Francesques......
Intercambiamos números de teléfono y continuamos charlando entusiasmadas durante unos minutos mientras caminábamos dirección al centro del pueblo. Quedamos que ya nos pondríamos en contacto y nos despedimos. Seguí mi camino de vuelta a casa contenta, agradecida y sorprendida de lo que me acababa de ocurrir. - ¡Qué suerte!- pensé.
Pensándolo bien, de suerte nada de nada. No creo en la suerte. Creo en ir a buscar la suerte, las oportunidades, en la actitud. Ese día no estaba de suerte. Ese día estaba con la actitud adecuada y los brazos abiertos a recibir algo que quería recibir, algo que estaba buscando. Pero sobretodo estaba atenta y en modo alerta, con los ojos bien abiertos y los sentidos despiertos. Posiblemente, otro día con otra actitud, otro estado de ánimo, los acontecimientos no se hubieran desarrollado así.
Pero esa es mi opinión.....
Y vosotros, ¿qué pensáis?
Hasta pronto.
Francesca xx
Pensándolo bien, de suerte nada de nada. No creo en la suerte. Creo en ir a buscar la suerte, las oportunidades, en la actitud. Ese día no estaba de suerte. Ese día estaba con la actitud adecuada y los brazos abiertos a recibir algo que quería recibir, algo que estaba buscando. Pero sobretodo estaba atenta y en modo alerta, con los ojos bien abiertos y los sentidos despiertos. Posiblemente, otro día con otra actitud, otro estado de ánimo, los acontecimientos no se hubieran desarrollado así.
Pero esa es mi opinión.....
Y vosotros, ¿qué pensáis?
Hasta pronto.
Francesca xx